PRÁCTICA: segunda entrega parcial

EJERCICIOS DE DIBUJO EXPANDIDO

Antes de comenzar a mostrar el resultado de esta entrega, me gustaría dar unas primeras impresiones propias. En este apartado se nos han propuesto una serie de ejercicios muy diversos que, personalmente, me han parecido como una «inyección de creatividad»; creo que a lo largo de la realización de este apartado he podido desarrollar la manera de ver las cosas desde otro punto de vista, ha llegado un punto en que no paraban de venirme ideas a la cabeza, como si mi cerebro, de alguna manera, hubiera despertado. Con esta experimentación también ha habido muchos errores, cosas que he aprendido para, en un futuro, proceder por un camino diferente he de optar y otras que, directamente, no me han salido y que tendría que cambiar todo el procedimiento en un futuro. Estos errores también quiero incluirlos en esta entrega porque para mi el error es un aprendizaje importante y porque me doy cuenta de que cada vez acepto mejor el error, no me frustro como me pasaba al principio de este semestre.

Por otro lado, este apartado pienso que me ha hecho poner en práctica tanto cosas que conocía antes de empezar el grado junto con cosas que hemos visto a lo largo del semestre, incluidas las últimas lecturas. Creo que me ha servido mucho para esclarecer todas las dudas que podrían haber surgido a lo largo del semestre. Sin más dilación, muestro un pequeño contacto, unas ideas rápidas que tuve al principio de este ejercicio (por supuesto, de las ideas a los resultados finales, ha habido muchos cambios).

 

CAMBIO DEL SOPORTE DE DIBUJO

Como primera toma de contacto, opté por hacer un pequeño cambio de soporte, algo con lo que no me fuera excesivamente complicado de trabajar pero que tenía ganas de probar: tabla de madera. Lo hice con acrílico y, salvando las diferencias con una lámina, tampoco me supuso un gran reto la realización del dibujo, pero si que el resultado me pareció muy bonito y algo que quiero volver a practicar pronto.

 

Para el segundo ejercicio, subí un escalón para mí bastante alto en la dificultad: el metacrilato. La verdad es que pensé que no se me complicaría mucho más que la madera, pero sí se complicó. La pintura resbalaba mucho y tenía que esperar bastante a que quedase bien asentada. En el tema del dibujo en sí, creo que opté por la opción más lógica: realizar el diseño en un folio y mantenerlo detrás del metacrilato mientras pintaba como guía. A pesar de estas dificultades estoy muy contenta con el resultado, el color tranlúcido para mi gusto queda bastante bien y es otro proceso que, al igual que la madera, creo que voy a repetir en breve y con una pintura que se adapte más al metacrilato.

 

Para el tercer experimento opté por unas figuras antiguas que tenía guardadas. La verdad es que estas figuras les tenía cariño porque las llevaba viendo toda la vida (a menudo jugaba con ellas de pequeña, incluso), pero era evidente que estaban bastante desgastadas del tiempo; se puede apreciar también que han sido hasta pegadas. Este ejercicio me pareció una buena oportunidad para sacarlas del cajón y hacerles «un lavado de cara». Estaba bastante asustada al inicio del experimento por la forma que tenían. Decidí que ambas siguieran una temática japonesa, pero para no repetir exactamente el tema en las dos, una la hice con un kimono y la otra con un paisaje del monte Fuji con flores de cerezo alrededor. Estoy muy contenta con el resultado, sobre todo con la del paisaje.

Como último experimento de este apartado, me decanté por la pintura textil con una chaqueta vaquera blanca. El motivo del diseño realmente fue escogido por la dueña de la chaqueta, que me dijo que quería un mandala; la forma, colores y demás ya corrían de mi cuenta.

 

 

EXPANDIR SUPERFICIES

En el primer experimento de este apartado, opté por hacer una metáfora utilizando como soporte el suelo y como «pincel» cinta de carrocero. Me declaro republicana, es por ello que, tras una conversación con una persona monárquica, se me vino esta idea a la cabeza; para mí, la figura del rey es prescindible y reemplazable, pero para esa persona, que no lo es, el rey Juan Carlos, con sus últimos escándalos, ha supuesto una decepción. En ese momento se me ocurrió la idea de recrear una metáfora que simbolizase la caída de la figura del rey; para ello utilicé el ajedrez y cartón para cortar una pieza con forma de figura de rey.

Siguiendo esta misma línea y aprovechando una visita a la casa de mi madre, se me vino a la mente otra idea: crear una casita de enanitos. Ella tiene un patio con muchas plantas, muy bonitas y bien cuidadas, y cada vez que entra alguien en su casa las enseña con mucho orgullo. En esta última visita, mientras me enseñaban como habían cambiado desde que no voy le dije «cualquier día, se vienen a vivir enanitos a tu patio» y eso fue el detonante. Pensé que quedaría realmente curioso pintar una pequeña casita que estuviera rodeada de sus plantas y, tras decírselo a ella para pedirle permiso, se entusiasmó también con la idea. Si bien el resultado me gusta, el proceso ha sido duro, pues tenía muy poco tiempo y la humedad y el frío no eran una buena compañía; por ello, cuando haga mejor tiempo, me gustaría mejorársela.

El siguiente experimento fue un auténtico dolor de cabeza. Realmente creo que la idea es buena y me gustaría repetirla en un futuro pero con diferentes materiales. Utilicé como soporte un lienzo, pero la idea era que el dibujo saliera del lienzo no sólo hacia el espectador (me refiero al relieve) sino también fuera del lienzo. En un primer momento, lo lógico me pareció usar un cartón adherido hacia donde iba a continuar el dibujo; el problema vino después al intentar utilizar gesso para dar textura sin saber que se trataba sólo de imprimación (claro, me enteré de lo que realmente era unas 3 capas después). En mi desesperación intenté usar alkil para endurecerlo y si, quedó estable, pero me parece que el proceso no era el mejor. Después de todo esto, intenté arreglarlo con pintura para darle algo más de volumen y relieve. A pesar de eso, creo que ha quedado bien, pero me gustaría hacerlo más adelante usando otro proceso.

 

Otro experimento fue muy casual, viendo la tele en la misma visita a mi madre. Ella tiene un soporte entre el mueble de la tele y el aparato en sí (para elevarlo) y, no se por qué, se me vino a la cabeza la imagen que muestro más abajo.  Esta hecho solamente con cartulina, dando color y recortando.

 

El último experimento de este apartado se me ocurrió haciendo una búsqueda de referentes de dibujo expandido. En mi investigación vi que mucha gente continuaba fotos, sellos… y ponían así de manifiesto la habilidad transformadora del dibujo. Siguiendo esta corriente, escogí un cuadro clásico muy conocido, «La joven de la perla», de Vermeer.  Prefería que fuera de este estilo para que contrastase con la idea de dibujo que tenía pensado añadirle. El proceso posterior fue bastante sencillo: imprimirlo, pegarlo en una lámina de dibujo y pintar.

 

 

INTERACCIÓN CON EL DIBUJO

En esta parte, voy a exponer primero los experimentos de cuerpo como herramienta y después como soporte.

Para el primer dibujo, utilicé como soporte una cartulina negra ya que la temática era sobre el universo. Durante el proceso no sólo quería experimentar con las partes del cuerpo, sino también con las distintas posiciones, cómo quedaban plasmadas y otras formas de aplicarlas (por ejemplo, la salpicadura).

 

Y aquí, me quedé en blanco. Intenté buscar referencias y me topé con un gran artista, Yves Klein, que, con su obra «Anthropometry», me sacaron de ese bloqueo. Mi intención era, a través de las distintas posiciones de la mano y de sus movimientos, recrear figuras muy humanizadas. El experimento no tuvo éxito, creo que quedó realmente mal y que no era tan fácil como parecía llevar a cabo la idea de este artista.

Dado el fallo de este experimento, seguí buscando referencias y vi algo que necesitaba hacer; la idea era dibujarte un rostro humano en la palma de la mano para luego plasmarlo en el papel. Realmente me pareció muy interesante porque podía usar el cuerpo a la vez como soporte y como herramienta. Así, sin pensármelo dos veces, escogí una foto de referencia de Marilyn Monroe, me la dibuje en la mano y la pegué la mano al papel. El experimento volvió a resultar fallido; aunque el dibujo en la palma considero que estaba bien, no conseguí plasmarlo al papel, realmente, aún no se cómo lo hacen para mantener la pintura tan fresca y llevar a cabo el proceso.

Como este experimento también resultó fallido, opté por hacer otro, que fuera más relajante: pulsaciones táctiles. La idea y representación es clara, quería hacer un árbol con cambios de las 4 estaciones; por ello, tiene hojas verdes, amarillas y rojo (los colores están exagerados) y motitas blancas simbolizando nieve.

 

Voy ahora con los experimentos de cuerpo como soporte. Para hacer estos dos experimentos he decidido coger a mi pareja por un lado para uno y a mi misma para el otro. Para él, el de la idea era clara, quería representarle uno de sus mayores miedos de manera realista: las arañas.

 

Por otro lado, para el mío utilicé un arte más abstracto, más metafórico. Mi idea era hacerme parecer como un jarrón (parecido en cierto modo a los jarrones antiguos de China) o a un azulejo; el caso era parecer algo bello y frágil, como el ser humano, algo que pudiera representar lo efímero de la belleza y la frugalidad del tiempo (de ahí las líneas negras, que simbolizan la ruptura del jarrón).

Deja un comentario